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El secreto de la motivación personal

La motivación es un tema que tiene muchas dimensiones.

Muchos ejecutivos se preguntan cómo pueden motivar mejor a sus equipos.

Muchas personas se preguntan cómo pueden motivarse a sí mismos.

Estos dos problemas parecen ser diferentes, pero la solución para los dos está conectada. Pero vamos a abordar el problema del empresario primero:

 

¿Cómo motivar a tu personal?

 

Esta es un área en la que hay muchísima confusión. Los empresarios intentan motivar otorgando puestos, ofreciendo aumentos, brindando privilegios o prometiendo premios. Todas estas cosas pueden servir, pero demasiado a menudo por un muy corto plazo, y de manera bastante poco consistente.

La verdad es que la motivación material es tremendamente inefectiva por sí sola. Por supuesto, todos merecen ser adecuadamente remunerados por su trabajo, y premiados por sus logros... Pero esta remuneración por si sola no es la razón por la que casi nadie trabaja duro. Si este fuera el caso, todos los altos políticos que ganan millones de dólares anuales darían todo de sí por sus países. Y creo que para nadie es misterio que este no es el caso con prácticamente nadie.

De hecho, muchos de los políticos y líderes más apreciados de la historia eran conocidos por su humildad.

 

Pero entonces, ¿Cómo puedo motivar a mis empleados?

 

La respuesta viene en dos partes. La primera es la siguiente:

Dales propósito.

La gente trabaja duro por un propósito. Las personas que más duro trabajan son los empresarios que tienen un sueño, los atletas que darían todo por una medalla, las personas que realmente tienen una misión.

Así que dale una misión a tu gente. Dales responsabilidad por un área, y hazles entender qué es lo que logran con su trabajo, a quién ayudan, por quién trabajan. Demasiadas personas creen que trabajan para sus jefes... La verdad es que trabajan para sus clientes.

Cuando alguien entiende el verdadero propósito de su trabajo, es mucho más fácil que se alinee con él. Y este direccionamiento a una meta es lo que motiva a las personas más trabajadoras del mundo. Pero hay otro elemento en esta ecuación. Un elemento algo desafortunado, pero que es tremendamente importante entender como empresario:

 

En realidad, no puedes motivar a nadie.

 

La motivación es totalmente personal. Cada persona decide cual es su propósito por si misma. Por supuesto, muchas personas necesitan a alguien que les de un propósito, a alguien que los guíe. Pero a fin de cuentas, son ellas las que deciden qué propósito seguirán, y con que ímpetu lo seguirán.

Esta es la razón por la que es tan importante seleccionar personal con su motivación en orden. Porque este es un aspecto que no se puede cambiar fácilmente, y mucho menos si no tienes la voluntad de la persona que quieres cambiar.

Pero seleccionar bien es toda una ciencia. Y toda esta ciencia la diseccionamos en nuestro Diplomado: Construye tu Equipo, en el que te enseñamos todo lo que necesitas saber para formar y dirigir un equipo efectivo que te lleve al éxito. Puedes conocer más detalles haciendo clic aquí. Sin embargo, también hablamos de este tema en nuestros E-books gratuitos. ¡Te invito a leerlos si no lo has hecho!

 

Cómo mejorar tu propia motivación.

 

Y así es que la motivación en una empresa termina dependiendo en gran parte de la motivación personal de cada uno de sus integrantes.

Entonces ¿qué puedes hacer para mejorar tu propia motivación?

Bueno, ¡consigue un propósito! Adopta una meta, una dirección para tu vida. Encuentra algo que quieras lograr con desespero.

Mucha literatura motivacional habla sobre el hecho de que intentar trabajar duro antes de conocer tu propósito es un fallo letal. Sobre que, si no tienes un propósito de vida, lo primero que deberías hacer es sentarte y encontrarlo.

Hay verdad en estas enseñanzas. Y algo que puede que te ayude si estás perdido, si no sabes a donde quieres llegar, es entender que nadie está predestinado a nada. Tienes el poder de decidir el propósito de tu propia vida. Basta con que tomes las riendas y lo hagas.

Así que esta es nuestra invitación a ti, si no tienes un propósito por el que te levantas cada día de la cama: Encuéntralo, o invéntate uno, y síguelo. No tienes que liberar países, o acabar la pobreza mundial. Basta que sea traerle las mejores cebollas a las 20 señoras que llegan a tu tienda a comprar cada semana. Basta que sea ayudar a los clientes que atiendes en tu empresa, o a los que usan el producto que creas.

Tu vida será mucho mejor de ese momento en adelante, tus salarios aumentarán, pero al mismo tiempo no te preocupará tanto si no lo hacen. Y en general serás una persona mucho más valiosa para todos a tu alrededor, y una persona más feliz en general.

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