¿Es su marketing “demasiado creativo”?
El arte ha ido encontrando su camino por el mundo corporativo, y cada vez se integra más con este. Las redes sociales y páginas web proveen una plataforma sin igual para su realización, y los usos comerciales del arte de todo tipo se han vuelto mucho más comunes hoy en día. Pero esto no significa que se pueda inyectar arte en cualquier área de la industria y tener un resultado positivo.
Un contador que un día “creativamente” decide que va a entregar toda su contabilidad en números hexadecimales no producirá más que caos, y un cirujano que se da cuenta de que el intestino se ve más armónico si se enrolla como una espiral puede ir preparándose para recibir un pasaje directo del quirófano a la cárcel. Pero hay profesiones que, aunque parecen ser muy aptas para artistas, en realidad son todo lo contrario.
El marketing es, de hecho, una de ellas. Para algunos esta puede ser una pastilla difícil de tragar, pero la profesión del mercaderista en realidad se compone de análisis de resultados, observación y trabajo rutinario. Los artistas son sin duda individuos extremadamente valiosos para cualquier sociedad (aunque frecuentemente se los menosprecia), pero tener “vena artística” es mayormente innecesario para el director de mercadeo de su empresa, y a veces puede ser altamente perjudicial.
La creatividad y el marketing
Si analiza los movimientos de marketing de los grandes monstruos corporativos, empresas como Apple y Coca-Cola, encontrará que su publicidad es a menudo la misma. El rojo de Coca-Cola no ha cambiado desde hace más de 30 años, y los fondos limpios y elegantes textos negros de la publicidad del iPhone son siempre iguales. Y no hay razón por la que cambiarlos! La gente está acostumbrada a ellos, y sobre todo, funcionan. Funcionan de maravilla, de hecho, más allá del valor o calidad real del producto que venden.
El marketing consiste de fórmulas, y tareas específicas que no cambian: Publique un anuncio a un público pequeño, analice la reacción a él, descubra qué factores lo perjudican y cuáles aumentan la reacción a él, examine su periodicidad, tamaño, ubicación, si su mensaje es llamativo, etc… Y tan pronto sepa cómo hacer que funcione, repítalo una y otra vez, indefinidamente, siempre que siga funcionando. Cambiar una estrategia funcional por algo nuevo de funcionalidad incierta en un impulso de creatividad es el primer paso hacia la quiebra. Claro, para crear una imagen corporativa llamativa, o diseñar los anuncios mismos se requiere una persona creativa. Pero es importante distinguir entre las funciones de un diseñador y un mercaderista.
¿Cómo hacer buen marketing entonces?
Haga estudios de mercado, haga encuestas, observe las estadísticas de sus anuncios, y tome decisiones al respecto basado en estos datos. Si sus anuncios no funcionan, examine si su mensaje se alinea con lo que desean sus clientes, reales y potenciales. Publique anuncios piloto para asegurarse de que algo funcione, y si encuentra algo que funciona bien, úselo, y no deje de usarlo! Si su empresa hace promoción por correo electrónico, examine la frecuencia de su promoción, y revise qué le funciona y qué no. Si publica en revistas, asegúrese de que el anuncio está cumpliendo su función. O para condensar en una sola palabra todos nuestros consejos: Observe. No decida por instinto, y no descuide los resultados de su mercadeo. Obsérvelos, y decida con respecto a su observación.
El marketing es toda una ciencia, y en un artículo no le podemos dar todos los detalles sobre cómo hacerlo bien. Pero podemos darle un muy buen punto de partida, y un par de reglas básicas por las que regirse para obtener mejores resultados. Y esto es precisamente lo que esperamos haberle dado.
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