El liderazgo del futuro
La gente de hoy en día es completamente diferente a la gente de hace 30 años… Y será completamente diferente a la gente de dentro de otros 30. La cultura cambia, la gente se transforma, y nosotros como líderes deberíamos transformarnos con ellos.
Es muy común que los líderes y empresarios sean mayores a la gente que dirigen. Incluso una o dos generaciones de diferencia no son inusuales. Y de esta diferencia muy a menudo viene una preocupación: ¿Cómo puedo liderar a gente que es tan diferente a mí? ¿Que creció en un entorno que no se parece en casi nada al entorno en el que yo crecí?
Hay un miedo muy real de quedarse atascado en el “liderazgo del pasado”.
Pero… ¿Qué es eso, en primer lugar?
Cuando decimos “algo del pasado”, ¿a qué nos referimos?
Usualmente nos referimos a algo que se hacía antes, y que en realidad no funciona tan bien como la gente creía. Algo que hoy en día sabemos que en realidad no es tan bueno como se pensaba. Y cuando de liderazgo se trata, las ideas que pueden venirnos a la mente son “liderazgo autoritario”, “gritos”, o tal vez algo como “sexismo”.
Pero al mismo tiempo, lo que es realmente importante de esta definición de “algo del pasado”, es el hecho de que eso de lo que hablamos no funciona. El que se haya hecho antes o no es un poco irrelevante. Hay cosas que se llevan haciendo 2000 años, como las matemáticas básicas, que se siguen usando y siguen funcionando igual. Y hay cosas inventadas el año pasado que terminan siendo más inútiles que aquello que se suponía que iban a reemplazar.
Y mirándolo de esa manera… El liderazgo de hoy en día ya está en el pasado.
La verdad es que la mayoría de líderes sigue sin saber cómo dirigir a la gente. Los errores que se cometen hoy son un poco diferentes a los errores que se cometían hace 30 o 40 años, y muy posiblemente son menos… Pero seguimos sin comprender verdaderamente cómo ser buenos líderes.
Y además, por más que sea verdad que las personas que están actualmente ingresando al mercado laboral tienen diferentes tolerancias y expectativas que las personas que entraron al mercado laboral hace 20, 30 o 40 años… Siguen siendo personas. Y a un nivel profundo, las personas funcionan de la misma manera.
A toda la gente la motiva una felicitación y unas gracias sinceras. A toda la gente le gustaría tener un salario un poco más alto. Toda la gente entrega más de sí ante una alta expectativa. A toda la gente le gusta ser tratados como personas. Y en todas las generaciones hay personas que sirven como miembros para tu equipo, y personas que no: Personas a las que se les puede llamar productivas, eficientes y bien motivadas, y personas a las que no.” Comentó Jairo Pinilla, director ejecutivo de Performia Colombia.
Hay diferencias generacionales, no hay duda de ello. Pero a diferencia de la tecnología, que cada 20 o 30 años parece transformarse de raíz, la gente cambia de manera más bien superficial. Cambian nuestros gustos, nuestras opiniones, nuestra moda y la política del momento. Pero la naturaleza real de la gente permanece igual.
¿Qué es, entonces, el liderazgo del futuro?
Un líder del futuro es una persona capaz de:
- Ser competente en su propio trabajo y demostrar su conocimiento y capacidad. La competencia genera respeto, y un líder debe ser respetado... Pero no a través del miedo, sino a través de su competencia.
- Comprender realmente cómo funcionan las emociones.
- Ser un experto en motivación. La motivación no se maneja con dinero y bonos, sino con propósitos. Un buen líder sabe combinar el propósito global de la empresa y el cargo, con el propósito personal de cada individuo. El 70% de la gente no tiene las herramientas para encontrar un propósito por el que valga la pena trabajar. Como jefe, debes ser capaz de darles ese propósito.
- Saber rehabilitar la responsabilidad de las personas, una vez contratadas, y hacerlo. Cuando decimos "responsabilidad", nos referimos a la capacidad de asumir que uno es causa de lo que sucede a su alrededor, y ser capaz de hacer algo al respecto. Esta habilidad está muy degradada en la gente, especialmente hoy en día.
- Amar a la gente y ser muy comprensivo, pero no dejar que esto afecte la firmeza en sus posiciones y decisiones. Un jefe no debería buscar ser popular: Debería buscar el éxito para su equipo.
Las empresas deben evolucionar con la tecnología y el mercado, por supuesto. Deberíamos adaptarnos (aunque no ciegamente) a las nuevas tendencias de RRHH y de liderazgo, ya sean el teletrabajo, una menor cantidad de horas de trabajo, un trato más amable, un liderazgo menos jerárquico, o lo que sea…
Pero la verdad, es que la comprensión de las personas como seres humanos es algo que necesita mejorar no porque “el futuro” se acerque, sino porque es algo que (exceptuando a contados líderes innatos que aparecen de vez en cuando) nos viene faltando desde hace cientos de años.
Está bien pintar tu casa para hacerla ver más bonita, pero si las paredes se están desmoronando desde adentro, entonces tal vez la pintura no sea lo principal a lo que deberías dedicarle tu atención.” Concluyó Pinilla.
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