La vital importancia del “Onboarding”
¿Has contratado alguna vez a un empleado que pintaba bien, solo para que dentro de dos o tres meses se fuera, sin haber dado casi ningún resultado?
¿O tal vez te ha sucedido una y otra vez, con casi que cada empleado que contratas?
Este problema es increíblemente típico, y viene de una falencia que no es para nada nueva: Sencillamente nuestros estilos de vida rápidos y nuestros trabajos especializados la han exacerbado tremendamente.
La falta de “ONBOARDING”. O, si lo prefieres, la falta de establecimiento.
La mayoría de empresarios y ejecutivos dan por sentado que, una vez contratan a una persona, esta persona comenzará a trabajar y producir lo que se espera de ella. La persona ya sabe cuánto se le va a pagar y cuál es su nuevo cargo, se le presentó a sus nuevos colegas, y se le entregó un paquete de bienvenida... Entonces basta sentarlo y ponerlo a trabajar, ¿sí o no?
Pues no.
Desafortunadamente, no importa cuál sea la carrera, en 10 semestres de universidad un estudiante no aprende cómo funcionan los pormenores en una empresa de verdad. Incluso en las contadas carreras en las que esto aplica menos, e incluso en los casos en los que la persona ha tenido 20 años de experiencia trabajando en 5 empresas diferentes, no sabrá cómo funciona el trabajo en TU empresa.
Así que, “no tengo el tiempo para establecer a alguien” implica que debes tener el tiempo (y el dinero) para contratar un reemplazo para esa persona dentro de dos meses, cuando se canse de estar en un trabajo que ni siquiera entiende.
Entonces, para que no te pase esto, veamos un par de requisitos simples para que la persona que acabas de contratar pueda comenzar a trabajar rápidamente, sin confusión ni decepción para nadie:
1. Compila manuales escritos:
Esto es algo que toma tiempo, sobre todo si quieres que toda tu empresa lo haga. Pero su importancia es enorme: No solo hace más fácil y rápido el onboarding de nuevo personal, también asegura que el conocimiento sobre los correctos procedimientos y las mejores prácticas en tu empresa, el llamado “know-how”, se conserve sin importar quién decida irse.
2. Capacita rápido:
Cuando contratas a alguien, lo primero que debes hacer es capacitarlo. Y esta capacitación debe incluir una presentación de todas las líneas de comunicación que manejará (o sea, las personas con las que se tendrá que comunicar en su trabajo y los medios a través de los cuales se comunicará con ellas), los procedimientos que deberá seguir, y los productos que deberá entregar. Obviamente, debe incluir el conocimiento necesario para entregarlos también. Pero cuando decimos “rápido”, nos referimos tanto al hecho de hacerlo de primero, como al hecho de que no tarde mucho. Y la razón está en el siguiente punto.
3. Ponlo a producir:
La razón por la que muchas personas se van en una empresa durante la capacitación, ¡es porque la capacitación dura demasiado!
Particularmente si contrataste a una persona productiva (como deberías hacer), el nuevo empleado tendrá ganas de demostrar sus habilidades, de hacer algo por la empresa, de ser útil y producir un resultado que él mismo pueda ver también. Pero si tu periodo de capacitación es de tres meses, entonces este momento se retrasa demasiado.
Reduce tu capacitación al mínimo necesario. Y si aún así la cantidad de capacitación es obligatoriamente muy alta, no la entregues toda de golpe. Divídela en sesiones, entre las cuales el nuevo empleado pueda comenzar a hacerse valer en la empresa realmente.
4. Supervisa, y deja que supervise:
Una vez el nuevo empleado comience a trabajar, revisa su trabajo y asegúrate de que cumpla los estándares de la empresa.
Pero incluso antes de esto, para la mayoría de trabajos hay una muy buena práctica que pocos utilizan, pero que funciona muy bien: deja que el nuevo empleado mire como TÚ (o alguien con experiencia) hacen el trabajo que él va a hacer. Deja que observe y aprenda, de manera que tenga algo que imitar a la hora de comenzar a hacer el trabajo él mismo.
Si haces estas cuatro cosas, habrás hecho un onboarding fantástico. Por supuesto, hay más en lo que puedes mejorar (y en Performia te podemos enseñar todo lo que necesitas para hacerlo), pero considerando que la mayoría de empresas no hace casi nada por este estilo, habrás dado un paso importante si aplicas estos principios.
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