Cuando la personalidad se quiebra
La palabra personalidad, etimológicamente, viene del latín persona, el nombre que se le daba a la máscara de los actores del teatro. De la misma manera, nuestra personalidad es sencillamente la máscara que llevamos cuando tratamos con la gente.
Además, nuestra personalidad depende mucho de con quién estamos tratando. Eres una persona diferente con tus padres que la persona que eres con tus amigos cercanos. Y eres muy diferente cuando estás en donde el doctor o en una audiencia judicial, que cuando estás viendo una película con tu pareja. Nuestra personalidad es una amalgama en cambio constante, que depende muchísimo de nuestro entorno.
"Puede que sea un comienzo algo drástico a un artículo, pero la verdad es que la personalidad no eres tú. La personalidad es sencillamente la máscara que llevas puesta en un determinado momento. Y, cierto, esto no es igual para todas las personas. Algunos tienen máscaras muy pronunciadas y diversas, que se adaptan dramáticamente a cada situación. Otros a duras penas tienen una máscara, y no les importa demasiado no adecuar su comportamiento a las situaciones en las que se encuentran.” Comentó Jairo Pinilla, director ejecutivo de Performia Colombia.
¿Pero qué pasa cuando esta máscara no aguanta?
A veces la presión en una situación quiebra nuestra personalidad: nuestra máscara. El estrés laboral, la ira, el dolor, la ansiedad por alguna situación difícil en nuestras vidas, el pánico escénico y el miedo en general pueden hacer que nuestras máscaras se caigan.
O que, como mínimo, se caiga una de nuestras máscaras.
Verás, que tu máscara se quiebre no necesariamente significa que tu “verdadero yo” quede expuesto. Demasiado a menudo, cuando el estrés (por ejemplo) quiebra tu personalidad, lo que emerge es una mescolanza de emociones irracionales que toma cursos de acción y decisiones que tú jamás tomarías. En cierta manera, lo que sale es mucho peor que cualquier máscara.
Pero si ese no eres tú, entonces…
¿Quién eres TÚ realmente?
Podríamos ponernos filosóficos y decir que tú eres lo que está debajo de todas tus máscaras. Un ser que podría adoptar cualquier personalidad si quisiera…
Pero seamos más prácticos.
Eres, sencillamente, la combinación de todas tus máscaras con tus valores, tus habilidades, tus gustos y amores. Tu personalidad no eres tú. La manera en la que actúas no eres tú. Tu personalidad es algo que te pertenece, y que puede identificarte cuando tratas con otros… Pero no es la esencia de tu ser.
Y la mejor manera de ver debajo de tus numerosas máscaras, de descubrir tu esencia real (igual que la de cualquier persona), no es quebrando tu máscara a la fuerza. Es observándote en tus mejores momentos. Cuando te concentras sin miramientos en una actividad, ya sea tu trabajo, el fútbol o la lectura. Cuando estás lleno de gloria por una victoria. Cuando eres genuinamente amable con las personas que te rodean.
Ese eres tú.
¿Está mal tener máscaras?
“Esta duda viene de la idea de que tener una máscara es equivalente a ser “falso” o a “engañar” a los demás. Pero tus máscaras, tu personalidad, también son parte de ti. Y si tu manera de ser es muy diferente con diferentes personas, no importa. Cada uno de esas personalidades es una parte de ti, y es una herramienta que utilizas para salir adelante en la vida.” añadió Pinilla.
Pero lo realmente importante, lo que realmente quiero que te lleves de este artículo, es que así somos todos nosotros. Si te identificaste con alguna parte de este artículo, y sentiste que te gustaría que otros entendieran esto sobre ti, entonces comienza entendiéndolo tu mismo sobre los demás. Y sé que no es algo particularmente fácil de interiorizar. Pero compara estos datos con tu propia observación, con las personas que ves a tu alrededor. Puede que aprendas algo muy interesante sobre todos ellos si lo haces.
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