Ofendido

Cómo hacer que tus hijos te odien. ¡Garantizado!

Tenía alrededor de 30 años cuando me sucedió algo que me impactó muchísimo. Estaba caminando hacia mi casa desde el trabajo, cuando vi a un tipo dándole patadas en la cara a un hombre que estaba tirado en el suelo. Grité y corrí hacia ellos, y el agresor huyó. Me incliné para ayudar a la persona que estaba en el suelo, y me di cuenta de que era un señor mayor. Le pregunté si lo estaban robando.

Él me respondió: “No… Ese era mi hijo.” Me quedé perplejo.

“No lo entiendo… ¡Yo a mi hijo le di todo!” me dijo el hombre.

En ese momento yo tampoco lo lograba entender. Incluso pensé que seguramente el padre estaría mintiendo… Después de todo, no hay manera de que un hijo al que su padre le “haya dado todo” le agradeciera el favor a patadas.

- Jairo Pinilla, director de Performia Colombia.

En Latinoamérica no nos falta drama familiar. De hecho me ha pasado varias veces que al contarle uno dos casos reales de drama familiar latino a un extranjero, quedan sorprendidos al notar que las telenovelas latinas que les parecían tan exageradas resultan ser poco más que un reflejo de la vida cotidiana de demasiadas personas en nuestro rincón del mundo.

Pero la historia de Jairo que te compartí arriba no sucedió en Colombia. Sucedió en Eslovaquia, en todo el centro de la tan civilizada Europa. Porque por más que las historias latinas sean más dramáticas, los problemas familiares no son exclusivos a un continente. ¡Ni de cerca!

En el artículo de hoy, siguiendo la temática de amor y amistad de este mes, quiero hablar un poco sobre un problema supremamente común en las familias occidentales. Un problema que es la semilla de una gran cantidad de problemas que tienen los padres con sus hijos, los hijos con sus padres, y los padres entre ellos.

Así que entremos en materia:

El viejo principio

Puede que nunca hayas escuchado un concepto como este. También puede que hayas escuchado sobre este principio varias veces, y sientas que "ya lo sabes". Sin embargo, quiero invitarte a leer este artículo y a pensar realmente en si estás aplicando lo que sabes... O si más bien es como esa bicicleta que tienes arrinconada en el garaje, o el kit de pesas escondido bajo la cama. Y así como cada cierto tiempo viene bien limpiar la bicicleta y salir a pasear, hoy vamos a desempolvar el principio del intercambio.

El principio del intercambio es clave. De hecho, muchos, si no la mayoría de los problemas de las familias ocurren precisamente porque se aplica de manera incorrecta, o porque se desconoce por completo. La mayor parte del comportamiento rebelde del adolescente surge de esta manera, y si no se maneja bien, puede resultar en hijos que odian de corazón a sus padres…

Puede que pienses que el odio de los hijos venga del castigo físico. O tal vez porque no se les dé todo lo que quieren. O porque no fueron educados adecuadamente. Pero la realidad puede ser un poco diferente a lo que uno se puede imaginar…

...En ese momento no lograba entender. Incluso pensé que seguramente el padre estaría mintiendo… Después de todo, no hay manera de que un hijo al que su padre le “haya dado todo” le agradeciera a patadas.

Pero más tarde entendí. Alguien a quien “Se le da todo”, a quien no se le permite dar nada a cambio, se siente aplastado. Se siente inútil e incapaz de causar un efecto. Y siente, a menudo inconcientemente, que todo esto es culpa de esos padres que lo mimaron. Y así comienza, poco a poco, a odiar a la persona que “le da todo”. La rebeldía del adolescente siempre es una venganza por toda la invalidación que el adolescente ha recibido de sus padres: Invalidación en forma de protección y regalos.

"¡No, no no! ¡Tu no trapees! Toma un juguete." es una forma de decir "No me puedes aportar nada, eres un inútil. Toma más ayuda de mi parte. La necesitas, porque por ti solo no serías capaz de hacer nada."

Y aunque suena extremo, la verdad es que ese concepto, poco a poco, es lo que termina calando en la cabeza del niño. Y cuando esa frustración se combina con hormonas, la conclusión es "Mis papás son lo peor, y voy a hacer todo lo que pueda para frustrarlos igual de lo que ellos me frustraron a mí".

O en este caso, la conclusión son patadas en la cara"

- Jairo Pinilla

 

Los tipos de intercambio:

El intercambio es un tema extenso. Pero a continuación te explicaré los cuatro tipos básicos de intercambio, y cómo funcionan. Solo entender esto te permitirá entender muchísimas dinámicas interpersonales que podían parecer ilógicas antes.

  1. Intercambio criminal: Como su nombre lo indica, es el intercambio en el que se encuentran los criminales. Toman o reciben algo, y no dan nada a cambio. Un ladrón no está haciendo una transacción justa al robarlo… Está recibiendo algo a cambio de nada.
  2. Intercambio parcial: Cuando alguien da algo, a cambio de lo que espera otra cosa… Pero recibe menos de lo que esperaba. Cómo cuando compras un producto por internet, y llega con defectos de los que no sabías. Esto produce una sensación muy negativa en la persona que está recibiendo menos... y es MUY fácil caer en este tipo de intercambio.
  3. Intercambio Justo: Dos personas intercambian dos cosas o acciones que ambos acordaron que son del mismo valor. Una compraventa, trueque o interacción normal, sin novedades.
  4. Intercambio en abundancia: Cuando alguien da algo a cambio de lo que espera otra cosa, y recibe un poco más de lo que esperaba. Basta una diferencia muy pequeña, pero este intercambio es muy agradable para la parte que recibe.

Los ejemplos más fáciles de formular tienen que ver con las transacciones de compraventa, pero casi cualquier interacción con cualquier otra persona está constantemente oscilando entre estos tipos de intercambio… Y siempre trae consecuencias.

Y te preguntarás ¿Cómo se llega al punto al que un hijo te odia?

Puedes verlo de esta manera: Si no le permites a tu hijo pagar su deuda contigo… Si no valoras y aprecias los esfuerzos torpes de un niño por compensarte (aunque sea un poco) el desequilibrio que hay entre lo que le entregas y lo que él te devuelve… Estás básicamente empujándolo hacia intercambio criminal.

Estás convirtiendo a tu hijo, en mayor o menor medida, en un criminal. Y si conviertes a alguien en un criminal, no te sorprendas si esa persona actúa como tal.

 

La solución:

¿La solución? ¡Recuperar un nivel de intercambio justo!

Bueno, la dificultad de esto depende de la edad de tu hijo y el nivel al que lo hayas "malcriado".

  • Para un hijo adulto fuera de intercambio hay poca cosa que un padre pueda hacer directamente, más que esperar que el hijo se dé cuenta de lo que sucedió y se enderece.
  • Para un adolescente o un niño que ya no tiene ninguna iniciativa de ayudar, el proceso será extremadamente difícil, pero se puede comenzar retirando beneficios que no sean vitales. La mesada, los regalos, la ropa cara y todo este tipo de cosas son lujos, no necesidades. Si tu hijo los quiere, dale oportunidades para ganárselos trabajando o ayudando. No se los des gratis.
    Espera muchas protestas de un adolescente malcriado. Espera insultos y explosiones de rebeldía como ninguno. Tomará varios meses enderezar el intercambio de un adolescente, y el proceso será bien, bien difícil.
  • Con un niño pequeño, todavía estás a tiempo. Simplemente deja que el niño te ayude en todo lo que quiera. Pídele ayuda en cosas, aun si esto solo te demorará a ti. Haz que participe, que sienta que está colaborando. Esto lo hará sentir satisfecho, y parte de la familia, y a medida que crezca su ayuda será mucho más útil para ti también.

El asunto del intercambio no es realmente una cuestión de justicia. No se trata en absoluto de que tú como padre recibas el apoyo que mereces, ni de que tus hijos tengan la obligación de proporcionar dinero en tu casa. La razón real de su importancia es que cualquier ser humano cuerdo QUIERE devolver los favores que se le dan, y ayudar a los que le ayudan. Ayudar es en cierta manera la habilidad humana más esencial y más pura que hay, y si la bloqueas, estás robándole algo muy importante a la otra persona.

Los niños se dan cuenta muy rápido de todo lo que se hace por ellos, y se dan cuenta de que papá y mamá ambos hacen muchas cosas en la casa. De manera que quieren hacer algo ellos también, quieren ser parte de la familia, quieren ayudar. La clave es dejarlos, por inútiles que sean en sus primeros años. Ellos quieren, necesitan sentir que colaboran. Y si sienten que su ayuda es rechazada a los 4 años, cuando tengan 14 ni siquiera lo van a intentar.

Espero que toda esta información te haya ayudado un poco. ¡Y mucha suerte!

 

Foto por yanalya - www.freepik.com

2 comentarios
  1. Judith
    Judith Dice:

    Excelente reflexión, los intercambios mas sanos en todos los ámbitos de las relaciones interpersonales son los "gana-gana". Gracias por la valiosa información que comparten.

    Responder

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