El dueño se va, y la empresa... ¿quiebra?
Inevitablemente, todos los ejecutivos se van de sus empresas, tarde o temprano. El ejecutivo más leal puede posponer o ignorar su pensión, pero nuestras vidas son limitadas, a fin de cuentas.
Y cuando un ejecutivo extremadamente exitoso se va, escoger un sucesor digno y entregar el cargo de la manera correcta se vuelve de máxima importancia. Y eso es algo en lo que incontables empresas han fallado… Y en esos casos, puede costarles la empresa entera.
Hernando Trujillo era una de las mayores empresas de confecciones de Colombia, junto con Arturo Calle. Pero, lenta y seguramente, la empresa comenzó a ir en declive tan pronto el dueño y fundador le dejó la empresa a sus hijos: La sucesión no se manejó de la manera correcta. Hernando Trujillo mismo falleció en 2013, poco después de haber liquidado la empresa, y cerrado la última tienda de la marca.
Diagnosticar la causa exacta de este fracaso no es nuestra intención aquí, pero la sucesión del dueño fue claramente el punto de inflexión que llevó la empresa a la quiebra. Dejarle tu empresa a un hijo no es algo malo de por sí, como lo comprueban miles de empresas familiares de dos, tres o hasta cinco generaciones a lo largo de Latinoamérica y el mundo. Pero algo se hizo de manera incorrecta en Hernando Trujillo, y algo hacen mal todos los empresarios y ejecutivos que dejan su cargo, solo para verlo desmoronarse todo cinco años después.
En Performia llamamos esto “Cambio de poder”. Un ejecutivo exitoso o un empresario con una empresa en crecimiento tienen un cierto poder. Y ahora, el poder está cambiando de manos, y hacerlo de manera correcta es lo que diferencia a las empresas que fallan de las que no lo hacen
La situación más común de fracaso es la siguiente: El dueño y fundador se va, así que decide entregarle su empresa a alguien. Se busca algún ejecutivo de alto perfil con un MBA de EE.UU, a veces incluso un joven recién graduado y con muchos diplomas, se lo sienta en el puesto del gerente, y el dueño, después de explicar y entregar el cargo, se retira y se va a vivir a Miami.
Los errores cometidos en esta historia son numerosos. Pero para explorarlos, tomemos un ejemplo que parece (al menos desde afuera) ser una sucesión mucho mejor manejada: El de Arturo Calle mismo. El señor Calle, el fundador, dejó la empresa a cargo de su hijo mayor en 2011, y la empresa va viento en popa, y expandiéndose a un mercado internacional.
Miremos entonces 3 cosas que los Calle hicieron bien:
EXPERIENCIA ANTES QUE ESTUDIOS
“Llevo acompañándolo 40 años, pasé por todos los almacenes, roté por todas las fábricas, estuve 2 años con un escritorio al lado del de él conociendo cómo se comportaba en su negocio. Eso me dio la capacidad de conocer todo al detalle. Fui vendedor, administrador y escalé. Cuando él se retiró pasé a manejar la organización” le contó Carlos Arturo, el actual líder de Arturo Calle, a Forbes en una entrevista en 2023.
Carlos Arturo estudió administración de empresas, pero acompañaba a su padre en la empresa tiempo antes de ello. 40 años observando a la persona a la que vas a suceder hacer su trabajo ciertamente no son usuales de ver… Pero para un cargo como el líder de una empresa tan exitosa como esta, medio año de observación atenta probablemente sea un mínimo aceptable antes de tomar el puesto.
En una semana o dos se pueden resumir todas las cosas que un director ejecutivo hace, seguro… Pero no se pueden enseñar. Cuando una empresa va bien, el sucesor tiene que entender exactamente y a profundidad por qué le está yendo bien. Qué es lo que se está haciendo que ha llevado a la empresa al éxito. Es vital imitar.
Imitación antes que cambios
Un nuevo CEO a menudo llega a una empresa a “reestructurar”. Despide a 500 personas y contrata a 500 nuevas, cambia procesos, “refresca” la empresa… ¡Y por eso fracasa!
Si una empresa ya está teniendo éxito, no hay NINGUNA razón por la que cambiar sus procesos, su personal, ¡nada! Un nuevo ejecutivo que llega a un puesto que está teniendo éxito debe enfocarse en NO CAMBIAR NADA. Lo que se está haciendo funciona bien, así que se debe seguir haciendo.
Los 40 años de observación de Carlos Arturo Calle Baena, y el medio año mínimo de observación que le recomendamos a cualquier sucesor son precisamente para esto: Para poder imitar correctamente.
No desconexión
Arturo Calle habrá dejado su empresa en manos de su hijo, pero cada semana, casi cada día, sigue visitando la empresa. Sigue pendiente de cómo van las cosas, y de las decisiones que se están tomando.
Para un fundador, 12 años de no desconexión son perfectamente normales. Para otro ejecutivo, uno a tres años son el mínimo de tiempo por el que se debería permanecer conectado, pendiente y atento al puesto. Los primeros meses de ese tiempo deberían ser completamente activos. Así como el sucesor comenzó observando lo que hacía el ejecutivo, ahora el ejecutivo debe pasar varios meses observando al sucesor, corrigiendo decisiones incorrectas, y ayudando a mantener el rumbo.
Cualquier ejecutivo que vaya a dejar su cargo debería asegurarse de poner atención en estos tres principios. Y si haces todo bien, podrás dejar tu empresa o tu puesto en buenas manos, y con buen rumbo.
Y si quieres ayuda con el proceso, en Performia somos expertos en todo lo que respecta a administración y recursos humanos. Si las grandes empresas fallan en esto, las PyMES lo hacen mucho, mucho más. Y eso es lo que queremos evitar.
Extraordinario el comentario. Felicitaciones y gracias
¡Nos alegra que te haya gustado, y esperamos que el análisis pueda ser de utilidad!
Excelente artículo! gracias. Entregar el poder cuando algo esta andando bien es un gran reto y esto es algo pocas veces estudiado, pocas veces contado!
¡Gracias, Victoria!
Definitivamente es un reto. ¡Esperamos que el artículo haya sido de utilidad!